Solo había pasado poco más de un mes cuando, en medio de las banderas y la pólvora de la final entre América y Deportivo Cali, el presidente de la Dimayor, Fernando Jaramillo, y el ministro del Deporte, Guillermo Herrera, anunciaron que en el segundo semestre habría una nueva edición de la Liga Femenina.
Ahora, 35 días después de ese anuncio, y al cierre de esta edición, el campeonato vive horas claves para salvarse, luego de que la asamblea de los equipos profesionales decidiera que no se jugara y le tirara la pelota a la Federación Colombiana de Fútbol (FCF).
Herrera, Jaramillo y Ramón Jesurún, el presidente de la FCF, tuvieron una reunión informal el viernes en el palco principal del estadio Pascual Guerrero –en el partido de la Copa América que Colombia le ganó a Paraguay 4-2–, en medio de un ambiente hostil, sobre todo contra Jesurún, quien no participó en la decisión de que no se jugara la Liga.
Fue tan molesto el asunto, que tuvo que abandonar el escenario antes de terminar el partido. Mientras el público en la tribuna occidental coreaba: “queremos liga, queremos liga”, Herrera y Jesurún le hablaron a Jaramillo. El primero le ratificó que los 1.200 millones de pesos que anunció el pasado 5 de junio seguían disponibles. Y el segundo le manifestó que la Federación también estaba dispuesta a aportar.
En el intermedio del partido, mientras Jesurún salió al pasillo a fumarse un cigarrillo, se cruzó con Francisco Henao, periodista de ‘El País’, de Cali. Y al consultarle por el tema, el directivo fue enfático: “Liga va a haber. Lo puede decir y me puede citar. La Federación está poniendo la plata, el Ministerio también. ¿Cuál es el problema?”, aseguró el comunicador. El ministro Herrera, que había quedado muy “decepcionado y molesto” por la decisión de no hacer la Liga, le ratificó a EL TIEMPO que el respaldo se mantiene.
“Hemos venido apoyando de manera decidida la Liga Femenina. En el primer semestre se aportaron desde el ministerio 3.000 millones de pesos para un torneo de 17 equipos, 150 partidos, y en el segundo tiempo también íbamos a apoyar un torneo mucho más corto, para no interferir en los equipos que van a Copa Libertadores”, declaró Herrera a EL TIEMPO. “Mientras yo sea el ministro, la plata está ahí”, agregó.
¿Cuál fue el problema?
Jaramillo estaba convencido de que la Liga se iba a jugar, pero a la larga, les pasó la pelota a los clubes, pues aseguraba que los recursos estaban.
“La Liga iba a ser mucho más corta, de agosto a octubre. Esa Liga costaba 1.600 millones de pesos. El problema no son recursos para hacerla, yo tenía los recursos del ministerio y de un patrocinador, el problema son los clubes pagando salarios que no tenían”, le explicó Jaramillo a EL TIEMPO.
El dirigente agregó que la organización de la Liga en el primer semestre costó 4.000 millones de pesos, y que para alargarla en el formato todos contra todos, como se pretende para el 2023, se necesitarían entre 8.000 y 9.000 millones.
“Había siete equipos que habían confirmado, luego se bajaron dos, quedaron cinco. Para hacer una Liga con cinco es muy poquito. Tuvieron intención de participar Nacional, América, Cali, Millonarios, Llaneros, Cortuluá, Bucaramanga y Pereira. De esos, Nacional no se decidió y Bucaramanga y Llaneros se bajaron”, agregó.
Después de su encuentro en el palco de autoridades del Pascual Guerrero con Jesurún y el ministro Herrera, Jaramillo informó: “Si ocho clubes solicitan jugar, y hasta ahora no tengo esa carta, yo puedo hacer una Liga comenzando en agosto, desde el punto de vista administrativo no habría problema. Pero necesito la voluntad clara y expresa de los clubes”, le dijo a EL TIEMPO el viernes a las 10:34 de la noche.
Un dirigente de uno de los clubes que estaban firmes con la Liga le dijo a este diario que estaban, entre la noche del viernes y la mañana del sábado, tratando de convencer a los tres clubes indecisos y salvar la Liga con ocho equipos.
El máximo dueño del América, Tulio Gómez, puso un trino en el que confirmó que América, Cali, Millonarios y Cortuluá son los equipos que están firmes.
El tema también tiene el trasfondo de la pugna política en la Dimayor. Un grupo de equipos opositores a Jaramillo encontró terreno abonado para mantenerse en contra. “Por respeto a las mujeres futbolistas, se deben organizar torneos serios e importantes. Santa Fe hizo contratos por seis meses con la opción de prolongarlos a ocho, pero salir a hacer un contrato por un mes y medio es un irrespeto. Inventarse un torneo que no estaba presupuestado por los clubes y así no es serio. Y no se le puede decir Liga a un hexagonal u octogonal por salir del paso”, declaró Eduardo Méndez, presidente de Santa Fe.
Otro de los opositores, Carlos Mario Zuluaga, de La Equidad, también se refirió al tema en su cuenta de Twitter: “Equidad ratifica nuestro (sic) compromiso con la liga femenina. Hemos participado en las seis ligas programadas. No podemos respaldar la improvisación de Dimayor en la programación de una nueva liga sin equipos ni presupuestos. Las mujeres merecen respeto”, escribió.
La Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro) comparte la idea de la falta de organización. “De la emoción del torneo se hizo pública la posibilidad de un torneo en el segundo semestre, pero sin que estuviese planificado. Eso afecta a los clubes que están haciendo su inversión. Si bien los salarios no son de cuantías importantes, pues cerca del 70 por ciento son salarios mínimos, de todas maneras requieren la financiación de los clubes”, dijo el director ejecutivo de Acolfutpro, Carlos González Puche.
La Liga femenina parecía salvarse este sábado con un torneo exprés de ocho equipos, en medio del ambiente político denso en la Dimayor.
Puños arriba: Selección femenina pide más premios
Puños arriba y todas unidas. Así se manifestaron las jugadoras de la Selección Colombia femenina, primero en las redes sociales y, luego, durante el himno nacional, antes del debut en la Copa América, el viernes pasado, con triunfo 4-2 a Paraguay.
En un comunicado que se publicó en las cuentas de Instagram de las convocadas, las jugadoras expresaron su inconformidad. “Hoy nos unimos por el cambio. Aunque nos faltan garantías, nos sobra amor a esta camiseta, por eso nos unimos con la ilusión del trabajo en equipo, de la equidad en las condiciones de trabajo y competencia, de las decisiones concertadas y de un futuro brillante para todos los que hacemos parte del FutFem”, escribieron las integrantes de la Selección, con la etiqueta #Unsolosentir.
Aunque en un primer momento se pensó que la manifestación era motivada exclusivamente por la cancelación del torneo de la Liga Femenina para este segundo semestre, que coincidió con el inicio del torneo continental, el reclamo de las jugadoras tiene que ver con los premios que piden a la Federación Colombiana de Fútbol por sus logros en el torneo.
Según pudo conocer EL TIEMPO, el premio entre la Federación y las jugadoras, en caso de ser campeonas, es cercano a los 4.000 millones de pesos. Así, cada futbolista recibiría unos 120 millones. En caso de que la Selección sea segunda, el premio será cercano a los 3.000 millones de pesos (cada futbolista recibiría unos 80 millones de pesos). Si el equipo termina de tercero, el monto general sería cercano a los 2.000 millones, con un premio individual cercano a los 60 millones de pesos.
Extraoficialmente, a EL TIEMPO le informaron que el pedido que hacen las jugadoras de ser campeonas es de 1,5 millones de dólares (unos 6.600 millones de pesos, al volátil dólar de hoy), el premio que Conmebol da a la Federación campeona. Al subcampeón, entregará medio millón de dólares.